Un revista-laboratorio dedicá na poesía, proza, ciencia, arte, música, historia, política na papiamentu
El amor, madre, a la patria
No es el amor ridículo a la tierra
Ni a la hierba que pisan nuestras plantas.
Es el odio invencible a quien la oprime.
Es el rencor eterno a quien la ataca.

Jose Martí

9/14/2007

Deréchonan di Puéblonan Indígeno

Ayera, 13-09-2007, Asamblea General di Nashonan Uní a aprobá E Declarashón di Deréchonan di Puéblonan Indígeno.

Contra e declarashón aquí a vota Merca, Canada, Nueva Zelandia y Australia. Nada straño pa especialmente Merca, qu algún aña pasá, bou di e actual presidente, a ninga di ratificá e Tratado di Kyoto, loque mester tábata un principio pa llega na un mihó maneho di nos medio ambiente y, consecuentemente, futuro di nos yunan.

Gobièrnu di Merca, e defensor mundial di democracia y deréchonan humano, no quièr reconocé e deréchonan di nan mes poblashón indígeno.

Ma bon, aqui ta sigui antó e declarashón di prensa di Nashonan Uní, na spañó:


Asamblea General aprueba Declaración de Derechos de Pueblos Indígenas


13 de septiembre, 2007 La Asamblea General de la ONU aprobó hoy la Declaración de Derechos de los Pueblos Indígenas, un instrumento internacional cuyas negociaciones tomaron dos décadas y que protegerá a los más de 370 millones de personas pertenecientes a esas comunidades en todo el mundo.

El texto fue adoptado con 143 votos a favor, 4 en contra –Canadá, Estados Unidos, Nueva Zelanda y Australia – y 11 abstenciones.

La Declaración consta de 46 artículos y establece parámetros mínimos de respeto a los derechos de los pueblos indígenas, que incluyen propiedad de la tierra, acceso a los recursos naturales de los territorios donde se asientan, respeto y preservación de sus tradiciones y autodeterminación.

El documento también reconoce derechos individuales, y colectivos relativos a la educación, la salud y el empleo.

Uno de los puntos más importantes del texto es el referente al apego de los indígenas a la tierra. Varios artículos mencionan su derecho a poseerlas, utilizarlas y desarrollarlas. En este sentido, dispone que los Estados aseguren el reconocimiento y la protección jurídica de esas tierras, territorios y recursos y que no procedan a ningún traslado "sin el consentimiento libre, previo e informado de los pueblos indígenas interesados, ni sin un acuerdo previo sobre una indemnización justa y equitativa".

El texto también hace hincapié en la importancia de la educación bilingüe y alude a la implementación de medidas especiales para asegurar el mejoramiento continuo de las condiciones económicas y sociales de los ancianos, mujeres y menores, en particular.

La Declaración no es jurídicamente vinculante, pero representa un instrumento dinámico en las normas internacionales, que ayudaría a proteger a los indígenas contra la discriminación y marginación.

El Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, acogió con beneplácito la adopción de la Declaración, a la que se refirió como un triunfo para todas las comunidades indígenas del mundo.

En un comunicado, afirmó que se trata de un momento histórico en el que los Estados Miembros de la ONU y los pueblos indígenas se han reconciliado con sus dolorosas historias y han demostrado su disposición de avanzar juntos por el camino de los derechos humanos, la justicia y el desarrollo para todos.

El titular de Naciones Unidas urgió a los gobiernos y la sociedad civil a integrar de inmediato a sus agendas de derechos humanos y desarrollo los asuntos relacionados con las garantías de los indígenas.

Asimismo, los instó a elaborar políticas y programas a todos los niveles para garantizar que la Declaración se convierta en una realidad.

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